Problema 1: 12 000 personas pierden su empleo debido a acciones ilícitas de los altos mandos de WorldCom.
Cuando se da la quiebra WorldCom, una empresa lo suficientemente grande como para cotizar sus acciones en la bolsa de valores de Nueva York y tener presencia en telecomunicaciones en todo el país norteamericano, los primeros perjudicados directos fueron los 12 mil trabajadores que quedaron desempleados debido a la insolvencia de la empresa. Fue gracias al ocultamiento de las pérdidas de la misma que los trabajadores se vieron sorprendidos por los despidos que no se esperaban por la “aparente rentabilidad de WorldCom”.
En definitiva, la teoría de la justicia dictaría que sean estos trabajadores los primeros beneficiados cuando se solucione este problema, ya que estos fueron los más afectados con las acciones poco éticas de Ebbers y todo su grupo directivo. Así, lo que se pudo hacer, según la teoría de la justicia, ante un inminente decrecimiento de ingresos es haber buscado la mejor manera de realizar despidos responsables. Con esto último me refiero a darles a los trabajadores, quienes ya no serán requeridos por WorldCom, una debida liquidación y un programa en el cual puedan obtener algún trabajo provisional mientras buscaban algo de acuerdo a sus capacidades. Otra acción relacionada a la teoría de la justicia sería que al reinvertir en la compañía y salvarla de la quiebra sean estos trabajadores o la gran mayoría, los contratados para desempeñarse en un sector del cual ya tienen conocimiento y en el cual con la debida preparación no volverían a fallar en caso tendrían algo de relación con las perdidas de la empresa. Así, lo justo sería que los trabajadores de WorldCom no tuvieran que ser sorprendidos por la quiebra, quedándose sin un ingreso económico, sino que se hubieran preparado para lo inminente o puesto de su parte para evitarlo.
Problema 2: Los accionistas de WorldCom y una aparente rentabilidad fraudulenta
En definitiva, los accionistas de WorldCom creyeron en la empresa con gran presencia en el mercado y de una aparentemente rentabilidad positiva. Para ellos no podría haber un mejor escenario para no querer mover su dinero de dichas acciones. Sin embargo al descubrirse el fraude tramado por Ebbers y sus directivos dentro de la empresa estos accionistas serían los otros de los perjudicados por malas jugadas. Los accionistas de la empresa no tenían la información que ellos merecían tener sobre la mala situación por la que la empresa estaba atravesando. Estas personas no hubiesen podido imaginar siquiera que Ebbers junto a una empresa auditora estaban engañándolos al haber maquillado las cifras para que hacerles creer nada podía estar mejor.
La teoría de la justicia, dictaría que los accionistas deberían ser saldados de su dinero o por lo menos recibir una suma que signifique la recuperación parcial del dinero que tenían invertido en la empresa, que llego a ser una de las mas grandes de los Estados Unidos. Si se analiza la situación desde un punto de vista anterior a la quiebra, los accionistas debieron justamente estar al tanto de lo que ocurría económicamente con la empresa para que puedan tomar cartas en el asunto o en todo caso proceder a vender sus acciones al mejor postor. Así, los derechos de los accionistas de saber sobre el provecer de la empresa de la cual son propietarios, no se cumplió debido al ocultamiento de pérdidas realizado por Ebbers en una primera instancia, sus gerentes y directivos directos en segunda instancia y sin olvidar una participación importante, que probablemente era la fuente mas confiable para los accionistas, por parte de la empresa auditora que era aliada del fraude.
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